El Ovni de Riverside

El 23 de noviembre de 1951, el condado de Riverside, en California, se convirtió en el escenario de un incidente que despertaría un gran interés en el fenómeno OVNI. Guy B. Marquand Jr., un residente local, afirmó haber capturado una imagen de un objeto volador no identificado mientras conducía por una carretera montañosa en compañía de dos amigos. Este caso, conocido como el «OVNI de Riverside», marcó un momento significativo en la creciente fascinación por los «platillos voladores» en los Estados Unidos durante la década de 1950.

El Encuentro y la Fotografía

Según el relato de Marquand, mientras transitaban por una carretera rural, él y sus acompañantes notaron un objeto inusual que cruzaba el cielo a gran velocidad. Describió el objeto como metálico, brillante y con forma de disco. Sorprendidos, decidieron detenerse para observar mejor el fenómeno. Momentos después, el objeto reapareció, moviéndose de forma errática, lo que les dio la oportunidad de documentarlo.

 

Marquand, equipado con una cámara, logró tomar una fotografía del supuesto objeto. La imagen mostraba un objeto circular flotando en el cielo, aparentemente por encima del horizonte montañoso. Aunque la fotografía carecía de nitidez, su simple existencia causó un gran revuelo cuando fue divulgada a través de los medios locales.

El Impacto Mediático

La imagen pronto atrajo la atención del público y de los investigadores de fenómenos inexplicables. En un contexto de creciente paranoia por la Guerra Fría, avistamientos de OVNIs como el de Riverside se asociaban frecuentemente con posibles amenazas extraterrestres o incluso experimentos militares secretos. La prensa local cubrió ampliamente el caso, y la fotografía fue considerada por algunos como una de las mejores pruebas visuales de la existencia de platillos voladores hasta ese momento.

Grupos de entusiastas y organizaciones ufológicas comenzaron a analizar la imagen, intentando determinar la autenticidad del objeto capturado por Marquand. Los escépticos, sin embargo, señalaron que la falta de detalles concretos en el relato y la ausencia de testigos adicionales dificultaban tomar el caso como evidencia concluyente.

La Confesión de Marquand

El caso tomó un giro inesperado el 24 de marzo de 1952, cuando Marquand fue entrevistado por oficiales de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que en ese momento estaban investigando activamente avistamientos de OVNIs como parte del Proyecto Libro Azul. Durante la entrevista, Marquand admitió que todo había sido un engaño. La «nave espacial» en la fotografía no era más que la tapa de una llanta de un Ford de 1937, lanzada al aire y capturada en pleno vuelo.

Según Marquand, la broma comenzó como una forma de entretenerse con sus amigos, pero cuando la prensa se involucró, la situación se salió de control. La confesión desacreditó rápidamente la fotografía, que pasó de ser considerada una posible prueba de vida extraterrestre a ser catalogada como una de las muchas falsificaciones de la época.

Comparativa entre el Ovni y el cubre llanta de un Ford de 1937

El Legado del Caso

A pesar de la confesión, el OVNI de Riverside siguió circulando en los años posteriores. La fotografía apareció en publicaciones sobre fenómenos paranormales y OVNIs, y algunos autores llegaron a ignorar la admisión de Marquand, presentando la imagen como auténtica. Décadas más tarde, el coronel Philip J. Corso incluyó la fotografía en su libro The Day After Roswell, argumentando que era una de las primeras evidencias de visitas extraterrestres.